DEBATE ENTRE LO CUALITATIVO Y LO CUANTITATIVO
Cuando nos proponemos realizar una
investigación, producto de nuestro devenir en un aula, y también como parte de
un proceso amplio de características especiales como lo es el hecho educativo.
Lo primero que viene a nuestra mente es como lo voy hacer y que enfoque le
daremos en razón de las características de la situación problema que nos
planteamos. Entender esto, pasa por adentrarnos al mundo de la investigación y
leer una cantidad inimaginable de autores que han estudiado los dos grandes
enfoque de investigación, llámese paradigmas predominantes: Cualitativo y
Cuantitativo; tratando de darle explicación sistémica a la naturaleza de cada
uno de ellos.
La
pregunta que se hace el “sujeto que investiga” es: ¿Cuál escoger? ¿Cuál se
adapta a los objetivos que nos planteamos frente a la situación problema que
queremos investigar? ¿Con cuál le daremos mejor sustento a las teorías que
quiero comprobar? Estas interrogantes nacen precisamente de la observación
natural que el sujeto realiza frente al entorno que le rodea. Un mundo
integrado en un todo, interrelacionado, interdependiente, cambiante, pero por sobre todo un mundo interesante y con apremio
de aprenderlo.
Distintos autores han determinado diferencias concretas entre
ambos enfoques, estableciendo diferencias claras entre los métodos asociados a
los mismos. Cook y Reichardt (1986) asocian la perspectiva cuantitativa con lo
medible y objetivo, con lo fiable, con los datos repetibles y generalizables, y
la cualitativa con la fenomenología, con la observación y lo subjetivo, con los
datos prolíficos y auténticos, aunque no generalizables.
Para entender esta dicotomía, centremos el debate en dos
conceptos: Metodología y método, de trascendencia científica. Para Morles
(2002), describe dos significados al término Metodología:
“Una primera de uso
limitado que se refiere a los procedimientos que se utilizan para lograr los
objetivos propuestos. Y una segunda que la considera como el estudio crítico
del conjunto de operaciones y procedimientos racionales y sistemáticos que se
utilizan para dar soluciones a problema de carácter teóricos y prácticos
planteados.”
Para Hurtado L. y Toro G.
(2007) señala como método lo siguiente: “no existe -solo- el método científico
sino una diversidad de métodos que son a la vez discursos éticos que generan
normas para la práctica y que se corresponden con los diversos paradigmas y
etapas históricas determinadas. El método es una conjunción teórica práctica,
de estrategia y táctica, que se encuentran condicionados por el paradigma del
investigador.”
En razón de estas definiciones, el método no es un camino rígido por
el cual hay que entrar, no es un índice de actividades de exigente
cumplimiento. Es parte de la acción concreta del investigador frente a la
situación problema. Es la propuesta coherente y flexible que guía la
investigación.
En este ir y venir, han surgido una corriente que busca integrar
lo cualitativo con lo cuantitativo. Algunos autores haciendo uso de la
dialéctica lógica de Hegel donde este establece: “la evolución de las ideas se
produce a través de un proceso dialéctico, es decir, un concepto se enfrenta a
su opuesto y como resultado de este conflicto, se alza un tercero, la
síntesis”; han venido usando un concepto heurístico para buscar los elementos
transversales de ambos enfoques: la triangulación, que no supone el unir dos
teorías marcadamente diferenciadas y contrapuestas, sino supone buscar
coincidencias sobre los sustentos teóricos referidos al objeto de estudio.
Desde el punto de vista epistémico no es factible hablar de un
pluriparadigma, frente a dos enfoques completamente antagónicos, pero
indudablemente cuando usamos la triangulación en el proceso de investigación,
mejoramos notablemente los resultados esperados. En el siguiente cuadro se
refieren las características más importantes de los enfoques cualitativo,
cuantitativo y mixto.
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